Mi experiencia erasmus, aunque todavía no haya acabado sé de sobra que es una de las mejores experiencias que he podido vivir, principalmente porque me ha ayudado a conocer facetas nuevas de mí, que me gustan, y no sabía que tenía.
Para gente como yo, un poco más sensible de lo normal, es un poco difícil vivir esta experiencia sin pensar casi cada día que se va a acabar, que no volveré a poder vivir esta misma experiencia cuando vuelva a España, no podré conocer a la gente de la misma forma que la conozco aquí, en cualquier sitio, escuchar a alguien hablar español, y sin pensarlo ponernos todos a gritar “españoleeesss”, ver al mismo grupito de siempre en los mismos lugares de siempre, ir al supermercado y entender poco pero volver a casa con mucho.
Es una experiencia que se la recomiendo a cualquier persona que esté dispuesta a no quedarse en su zona de confort y tenga ganas de abrir su mente, conocer personas, vivir cosas que no sabes si en tu día a día te van a volver a pasar, estar dispuesto a todo, y no decirle no a nada, saber disfrutar y alimentarte de la cultura y la forma de vivir el día a día de la gente.
Yo tengo claro que a Bolonia voy a volver, volveré a los mismos lugares de siempre y volveré a vivir esa emoción que me está causando esta experiencia durante estos meses y que podría definirla como una de las mejores sensaciones a largo plazo que he vivido nunca.


