El Mindfulness
Tiene su origen hace 2500 años en la meditación budista. Jon Kabat-Zinn, fundador del Mindfulness como disciplina científica y referente mundial en esta materia, lo define como: “Prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar”.
Este tipo de atención nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente.
Todos nos sentimos a veces estresados; en los periodos de exámenes, con nuestro trabajo, o ante alguna situación social que no sabemos gestionar bien.
Algunas herramientas del Mindfulness nos puede ayudar en estos casos.
Herramienta respiración 5×10
Se trata de una herramienta proactiva que podemos emplear antes de iniciar cualquier actividad en la que nos queramos concentrar plenamente. Su finalidad es permitir concentrarnos en el momento presente.
La primera vez que realizamos esta técnica, conviene hacerlo en una zona silenciosa y tranquila. Cuando estemos acostumbrados podremos utilizarla en cualquier parte.
- Consiste en realizar 5 respiraciones de 10 segundos (5 segundos de inspiración y 5 segundos de espiración). Inspiramos mientras vamos contando mentalmente hasta 5, y espiramos, igualmente a la vez que volvemos a contar hasta 5.
- Repetimos este ejercicio 5 veces seguidas. En total nos va a llevar un minuto completarlo.
- Hay que hacerlo lentamente a través de la nariz dirigiendo el aire hacia el diafragma. La respiración debe ser lenta, larga, profunda y silenciosa.
- Debemos intentar ser conscientes de nuestra respiración y de cómo nos relajamos.
Nos ayuda a relajarnos y concentrarnos completamente en lo que estamos haciendo.
Herramienta drama
Es muy útil para controlar situaciones de nuestro entorno que nos causan estrés.
Consiste en los siguientes 5 pasos:
- Detente: para tu reacción inicial.
- Respira: inspira y espira profundamente empleando la técnica de respiración 5×10.
- Analiza tus emociones: revisa que es lo que sientes, sin negar o luchar contra tus sentimientos.
- Medita tu respuesta: reflexiona, ahora, ya con tranquilidad sobre la mejor forma de responder.
- Actúa: da la respuesta que consideres más oportuna.
Las dos son técnicas muy sencillas de realizar, y una vez que las hayamos practicado unas cuantas veces, seremos capaces de aplicarlas en el momento que las necesitemos.
Los resultados son muy efectivos.