Los puntos de los números (II).
Las abreviaturas que incluyen número se han formado tradicionalmente también con punto antes de la letra volada; por ejemplo:
I.º 2.ª
por ‘primero’, ‘segunda’. Ésa es la forma clásica, pero, dado que también existen abreviaturas sin punto, parece difícil reprobar los extendidos «Iº» y «2ª» sin punto.
Hasta hace cosa de un siglo era normal que cualquier cifra aislada que se presentara públicamente -por ejemplo el número de una casa- apareciera con un punto al final. Por ejemplo, así he visto el número de un nicho en un cementerio mediterráneo:
III.
Otros signos de puntuación aparecen asociados a los números. Por ejemplo: el paréntesis tiene su utilidad para agrupar expresiones aritméticas:
2+(7:9)
(‘dos más el resultado de dividir siete entre nueve’). Aquí, por cierto, los dos puntos significan ‘dividido por’, y ninguno de los signos utilizados mantienen los espacios delante o detrás que son preceptivos al usarlos en el interior de un texto.
El cierre de admiración se utiliza con un fin particular: la expresión
5!
no significa ‘¡cinco!’ con anglicismo o galicismo ortográfico, sino ‘factorial de cinco’, es decir, el resultado de multiplicar cinco por todos los números enteros menores:
5! = 5·4·3·2·1 = 120
En la expresión anterior hemos visto un nuevo signo: el punto alto ( · ), que se utiliza con el sentido de multiplicar por’, aunque también se usa en algunas lenguas, como el catalán («Apel·les»).
Y por último, los guiones se combinan con los números para expresar intervalos, por ejemplo:
23-49, 51-2, 1939-41
(Del libro: «Perdón, imposible». José Antonio Millan.)