DIARIO DE VIAJE MARCELLINARA 2015

Álvaro De Arriba y Juan Antonio Távara

Nuestro viaje comenzó a las 11 de la mañana el martes día 31 de marzo en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas en donde los alumnos y yo nos despedimos de sus familias. Después de haber pasado todos los controles de seguridad, nos paramos un rato a tomar un café ya que nuestro vuelo se retrasó algo más de una hora. Y… ¡por fin! nos embarcamos en ese avión que llevaría a nuestros alumnos a vivir una de las mejores oportunidades que les ha dado la vida. Se abrocharon esos cinturones y… carpe diem.

Nuestro vuelo, que se dirigía a Roma ya que hacíamos transbordo allí, duró un par de horas y al poner los pies en ese aeropuerto, buscamos un McDonald’s para comer un menú del restaurante de comida rápida para después buscar una esquina tranquila y echarnos una pequeña siestecita hasta coger nuestro siguiente vuelo hacia Lamezia Terme (Calabria). Cuando llegamos a Lamezia Terme, un taxista que había sido contratado desde España y con un cartel que llevaba mi nombre nos esperaba en el aeropuerto. Nos llevó hacia su coche y nos dirigió rumbo a Marcellinara. Allí nos estaba esperando en la Piazza Francesco nuestro socio, Alessandro Gariano, un empresario de ese pequeño pueblo italiano de unos dos metros de estatura con una gran sonrisa y que derrochaba simpatía. Nos dirigió al que iba a ser el hogar de los estudiantes en prácticas durante 3 meses. En la planta baja de la casa, había un descansillo, una amplía cocina y un baño y, en la primera planta, había un baño y dos habitaciones con una terraza con bonitas vistas a las montañas de Catanzaro.

Alessandro que nos vio con hambre y cansados, nos dejó tiempo para instalarnos en la casa mientras fue a por algo que echarnos a la boca. Apareció a los 20 minutos con una de las mejores lasagnas que habíamos probado en nuestra vida, charlábamos con él y cenábamos como si no hubiera un mañana. Ya que era algo tarde, Alessandro nos dio las “buenasera” (buenas noches en italiano), nos dijo la hora y el lugar para vernos al día siguiente y se fue.

A la mañana siguiente, nos levantamos y desayunamos algunos bollos y zumos que Alessandro nos dejó la noche anterior. Nos arreglamos y nos dirigimos hacia el lugar de trabajo de los alumnos, pues habíamos quedado con su jefe a las 11. Alessandro nos enseñó su lugar de trabajo, nos contó las tareas que los alumnos iban a desempeñar durante esos 3 meses y su horario de trabajo. A la 1 fuimos a un restaurante a comer en la Via San Francesco de Paola. La gente en el restaurante estaba impresionada por nuestra llegada y empezaron a preguntarse que qué hacían 3 forasteros en su pueblo. El dueño del Bed&Breakfast que estaba contiguo al restaurante no se quería quedar con la duda y se acercó a nuestra mesa, se presentó y empezó a preguntarnos sobre nuestra procedencia. Era un tipo muy agradable que nos recomendó típica comida de Calabria.

Después de comer y de tomar un café, una mujer, Geneva, que trabajaba en el ayuntamiento se acercó a nosotros y se ofreció a llevarnos en su coche a un supermercado que había mucho más grande que el supermercado de Marcellinara para que los chicos pudieran comprar comida y otras cosas para la casa.

Cuando Alessandro terminó con su trabajo, se dirigió a nuestra casa y nos llevó a dar una vuelta por el pueblo, nos comentó dónde estaban los restaurantes, los bares, las pistas de fútbol y baloncesto, la farmacia, etc. Nos enseñó el pueblo y nos iba presentando a toda persona que se cruzaba por nuestro camino. Después, nos invitó a tomar algo en el bar. La gente, que estaba deseosa de conocernos, se acercaba, se presentaba y se quedaba largos ratos hablando con nosotros.

Se ofrecieron en todo lo que podrían ayudarnos y yo, que no despreciaba ninguna oportunidad aproveché esos días para promocionar estos intercambios europeos en el pueblo llegando a conseguir algunos contactos para que más personas pudieran tener la misma oportunidad que Álvaro y Juan Antonio están ahora disfrutando en ese pequeño pueblo con personas muy acogedoras, amables y educadas.

Aida Halaoui
Profesora acompañante

Autor: El Blog de TEIDE-HEASE

Centros de Formación Profesional Reglada y para el Empleo gestionados por una cooperativa de profesores, la S. Cooperativa Madrileña TEIDE-HEASE. Concienciados de la realidad que nos ha tocado vivir ofrecemos una formación cercana al alumno. El principal valor de nuestra empresa es la ilusión y compromiso de todas las personas que dedicamos una parte importante de nuestras vidas a la formación.

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