La Experiencia Erasmus+ de Sara desde Lisboa

Hola

Escribo desde Lisboa, donde estoy viviendo una experiencia que sin duda marcará mi vida para siempre.

Desde que llegué aquí, he aprendido muchísimas cosas como ser más independiente, no depender de nadie, ya que al fin y al cabo estoy sola en un país que es nuevo para mí, y, por decirlo de alguna manera, cómo sería vivir independizada.

Al principio de mi estancia en Lisboa, la verdad que lo pasé un poco mal, ya que todo era muy nuevo para mí y realmente yo pensaba que estaba mentalmente capacitada para esta experiencia pero me di cuenta al llegar al piso que no. Echaba mucho de menos a mi familia, a mis amigos, en general, a todo lo que tengo en Madrid.

A lo largo del tiempo me he ido acostumbrando, diciéndome a mí misma que en verdad no lo voy a pasar mal, como me lo imaginaba y cogiéndole un cariño a Lisboa.

Yo al principio pensé que lo iba a pasar mal durante estos dos meses y medio, pero me he dado cuenta que me lo estoy pasando súper bien y que es una experiencia que no voy a volver a vivir. He tenido muchísima suerte ya que donde vivo está muy bien ubicado, el piso está medianamente bien equipado, aunque le falla la almohada, mi trabajo me pilla a cinco minutos andando y tengo un horario muy flexible.

Respecto a mi trabajo, me encanta la gente, es encantadora, muy amable, son muy flexibles conmigo, me explican todo muy bien y si no entiendo algo me lo repiten 100 veces que no les importa, nunca me han hecho sentirme de menos, siempre me han integrado en todo para que me sienta bien.

Estando en Lisboa, cada día es una aventura, desde explorar los rincones ocultos de esta ciudad, como el barrio Alfama, hasta sumergirme en sus tradiciones y costumbres. Lisboa está llena de historia y eso me encanta. Por ejemplo, hemos experimentado estar en uno de los días más importantes para Lisboa como el 25 de abril.

Pero más allá de las prácticas que nos mantienen ocupados todo el día, lo que realmente hace especial esta experiencia son las amistades que he hecho. Desde compartir comidas en restaurantes, hasta viajar juntos por Portugal los fines de semana. Estoy agradecida por cada risa, cada conversación y cada experiencia que hemos compartido juntos.