Hoy hace poco más de un mes que llegamos a Lisboa, algo que mis 5 compañeros esperábamos con muchas ansias. Hasta que por fin un 2 de abril nos conocimos y volamos rumbo a Portugal.
Tenía las expectativas bajas y unos objetivos en mente que cumplir: organización y planear rutinas, mejorar o adquirir idiomas, ganar disciplina, desarrollo personal, aprender a distribuir de manera inteligente el dinero, conocer la cultura, forjar amistades y pasármelo muy bien. Hasta el día de hoy puedo decir que he cumplido todos y muchos más.
Desde la primera semana me apunté al gym después de comparar lugares que se pudieran adaptar a mis necesidades. Mi rutina se basa en desayunar, arreglarme, ir a las prácticas, ir al gym y al llegar a casa dejo preparado todo para el día siguiente (comida, vestimenta, planeo si me toca ir al supermercado o poner la lavadora…) al terminar cenamos todos juntos y hablamos de que tal nuestro día. Eso sí, todos los fines de semana salimos juntos (es una norma no escrita). Con este punto estoy muy orgullosa de mí misma, ya que sé que esto en mi vida cotidiana no sería así, no suelo aguantar rutinas y procrastino mucho.
En cuanto a las prácticas, es complicado que me enseñen cosas nuevas por la diferencia del idioma, pero aún así tengo una tarea que considero “importante” y todos mis compañeros me tratan como una más, siempre me incluyen, me tratan bien y tienen mucha flexibilidad conmigo, estoy muy agradecidos con ellos y su cultura.
Las primeras dos semanas mi compañera de piso y yo nos cercioramos de que estábamos gastando más dinero del pensado en comida, empezamos a comprar cosas en común como arroz, pasta, verduras salteadas,… y la fruta y la verdura se compraba en la frutería. En mi caso, quería llevar la economía de manera que me pudiese sobrar dinero al final del Erasmus y eso hice. De hecho tengo una tabla donde hice los cálculos necesarios para saber un rango del que no debo superar el gasto teniendo en cuenta los gastos fijos y variables. ¿Me ha funcionado? Sí, pero también he llegado a la conclusión que he venido a pasármelo bien y sinceramente, ¿De qué me sirve esa parte del dinero en Madrid si me puedo ir a cenar fuera, tomar un cóctel o subir al castillo de San Jorge con mis nuevos amigos en Lisboa?
Antes de venir yo tenía miedo o vergüenza por si no me entendían hablando español, pero a medida que transcurrían los días y también gracias a mis compañeros tuve la sensación de irme soltando, además de darme cuenta que tengo un nivel suficiente de inglés para comunicarme en caso de emergencia.
No todo es un camino de rosas, también ha habido varios baches que atravesar, como la convivencia, que no es fácil. Cada uno tiene su punto de vista y su forma de vivir, a veces tienes que aprender a adaptarte a la situación y otras enseñar a los demás a adaptarse al entorno. Yo soy una persona bastante callada y con la convivencia aprendí a soltarme más o no quedarme en silencio ante algo que no me parecía bien por miedo al rechazo. Muchas veces cuando sueltas algo que piensas te das cuenta que capaz otra persona también pensaba lo mismo que tú, solo que también temía expresar su opinión. Otro bache pudiese ser el no estar con tus familiares, lo cual para algunos es normal pero para otros nos es muy difícil. Esta situación me ha hecho comprender lo mucho que hacen por mí y que podría ayudarles mucho más de lo que lo hacía.En conclusión, esta experiencia no es sencilla y aun estando rodeado de personas espectaculares, te sentirás solo y tendrás muchos problemas que solucionar, o más de una vez te sentirás triste o cansado.
A pesar de esto, pienso que, la madurez y positivismo que ganas te preparará mucho para la edad adulta y la toma de decisiones.
Gracias por poderme hacer partícipe de esta experiencia.






